«Al Sr. subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano.
En primer lugar, quiero contarle que es un sector mayoritario a lo largo y ancho de toda la provincia el que se opone a este endeudamiento de 8.000 millones de dólares para generar 1.150 MW de energía costosa, para Buenos Aires. Recorremos la provincia todos meses de todos los años, escuchando y conversando con los rionegrinos en cada localidad. Es impresionante el rechazo en distintos sectores de la población a este emprendimiento costoso, que surge y continúa avanzando de espaldas al pueblo.
En segundo lugar, respecto del movimiento de la energía nuclear en el mundo, es importante reconocer que está retrocediendo, cada vez con mayor velocidad: sólo resta ver las experiencias de Suecia, Italia, Bélgica, Alemania, Suiza, Austria, Holanda, Polonia, Japón y España. Lamentamos que el funcionario no haga mención a estos ejemplos tan contundentes.
En tercer lugar, Argentina necesita energía para sus hogares, para sus PyMEs, para su desarrollo, pero no –precisamente- la nuclear. Con el enorme potencial que nuestro país tiene en fuentes limpias, debemos iniciar un camino para la transformación de la matriz energética a largo plazo, como lo han logrado Uruguay y Costa Rica. Cuando en el Congreso Nacional impulsamos la Ley N° 27.191 marcamos un rumbo. El programa RenovAr ha logrado dar pasos importantes en esta dirección: los 59 proyectos adjudicados van a generar una potencia total de 2.423 MW, con una inversión estimada de US$ 4.000 millones. Es decir, con energías limpias, produciremos el doble de electricidad que la Central Nuclear en Río Negro, con la mitad de los recursos.
En cuarto lugar, es importante recordar que es proyecto energético se ha diseñado y proyectado de espaldas al pueblo.
En segundo lugar, respecto del movimiento de la energía nuclear en el mundo, es importante reconocer que está retrocediendo, cada vez con mayor velocidad: sólo resta ver las experiencias de Suecia, Italia, Bélgica, Alemania, Suiza, Austria, Holanda, Polonia, Japón y España. Lamentamos que el funcionario no haga mención a estos ejemplos tan contundentes.
En tercer lugar, Argentina necesita energía para sus hogares, para sus PyMEs, para su desarrollo, pero no –precisamente- la nuclear. Con el enorme potencial que nuestro país tiene en fuentes limpias, debemos iniciar un camino para la transformación de la matriz energética a largo plazo, como lo han logrado Uruguay y Costa Rica. Cuando en el Congreso Nacional impulsamos la Ley N° 27.191 marcamos un rumbo. El programa RenovAr ha logrado dar pasos importantes en esta dirección: los 59 proyectos adjudicados van a generar una potencia total de 2.423 MW, con una inversión estimada de US$ 4.000 millones. Es decir, con energías limpias, produciremos el doble de electricidad que la Central Nuclear en Río Negro, con la mitad de los recursos.
En cuarto lugar, es importante recordar que es proyecto energético se ha diseñado y proyectado de espaldas al pueblo.
Los rionegrinos hemos vivido estos últimos meses como se decidía poner en riesgo nuestra salud y la de nuestras futuras generaciones a puertas cerradas.
También lamentamos que, ante el reclamo y protesta social, se haya optado por humillarnos, negándonos el derecho a opinar sobre nuestras tierras, nuestro mar y nuestras vidas. Sería muy importante que el subsecretario de Energía Nuclear visite el golfo San Matías y disfrute de la maravilla natural que los rionegrinos no pensamos poner en riesgo.
En quinto lugar, en el Informe 102 del Jefe de Gabinete al Senado contradice la información brindada por Gadano. Marcos Peña nos confirmó que se requiere una “inversión de cerca de 8 mil millones de dólares, de los cuales el 85% serán financiados por China y el resto por aportes del Tesoro Nacional”. Ello implica, al menos, 1.200 millones de dólares pagados por todos los contribuyentes del país. También nos confirman que de la totalidad de empleos a generarse, “es de esperarse que la parte china contrate compañías de ese origen para algunos de los múltiples paquetes de trabajo que implica la ejecución de esta central”. Traducido, parte de los nuevos empleos serán absorbidos por trabajadores del país asiático.
En sexto lugar, la instalación de una central nuclear va a impactar negativamente en el turismo. Los antecedentes de los accidentes nucleares han quedado en la memoria colectiva de toda la población. No debemos olvidar los accidentes de Windscale (Reino Unido), Harrisburg, Three Mile Island (EEUU), Chernobyl y Fukushima. Según la OMS, la radiación ionizante (producto de un accidente) puede provocar mutaciones genéticas, afectar el funcionamiento de órganos y tejidos, y producir efectos agudos como enrojecimiento de la piel, caída del cabello, quemaduras por radiación o síndrome de irradiación aguda. El organismo también advierte que sigue existiendo un riesgo de efectos a largo plazo, como el cáncer, que puede tardar años o incluso decenios en aparecer.
Por todo lo expuesto, es importante que, no se avance con una planta nuclear dado que no es sustentable, ni segura, ni económica. Apostemos por las energías limpias como se está haciendo en atrás provincias argentinas».
En quinto lugar, en el Informe 102 del Jefe de Gabinete al Senado contradice la información brindada por Gadano. Marcos Peña nos confirmó que se requiere una “inversión de cerca de 8 mil millones de dólares, de los cuales el 85% serán financiados por China y el resto por aportes del Tesoro Nacional”. Ello implica, al menos, 1.200 millones de dólares pagados por todos los contribuyentes del país. También nos confirman que de la totalidad de empleos a generarse, “es de esperarse que la parte china contrate compañías de ese origen para algunos de los múltiples paquetes de trabajo que implica la ejecución de esta central”. Traducido, parte de los nuevos empleos serán absorbidos por trabajadores del país asiático.
En sexto lugar, la instalación de una central nuclear va a impactar negativamente en el turismo. Los antecedentes de los accidentes nucleares han quedado en la memoria colectiva de toda la población. No debemos olvidar los accidentes de Windscale (Reino Unido), Harrisburg, Three Mile Island (EEUU), Chernobyl y Fukushima. Según la OMS, la radiación ionizante (producto de un accidente) puede provocar mutaciones genéticas, afectar el funcionamiento de órganos y tejidos, y producir efectos agudos como enrojecimiento de la piel, caída del cabello, quemaduras por radiación o síndrome de irradiación aguda. El organismo también advierte que sigue existiendo un riesgo de efectos a largo plazo, como el cáncer, que puede tardar años o incluso decenios en aparecer.
Por todo lo expuesto, es importante que, no se avance con una planta nuclear dado que no es sustentable, ni segura, ni económica. Apostemos por las energías limpias como se está haciendo en atrás provincias argentinas».