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LA PERSEVERANTE

Lecturas del domingo. Por Pablo Rebolledo.

Claudia Romero Briceño, jefa de la Comisaría de la Familia de Sierra Grande. Una profesional que superó barreras, venció estereotipos y que dedica buena parte de su tiempo a ayudar a quienes más lo necesitan.

Al encuentro con Claudia voy despojado de los estereotipos de género, porque convengamos que desde hace tiempo hay muchas mujeres que ocupan cargos en las fuerzas policiales, de hecho, muchas alcanzando los más altos niveles de jerarquía. La formación universitaria de los oficiales tampoco es una noticia, por suerte la institución se ha enriquecido progresivamente con la perspectiva de numerosos profesionales.

“Kaya”, así es como la conocen muchos vecinos de la localidad, es abogada, profesora de danzas, también modela indumentaria, colabora en Cáritas y, en la medida que su tiempo se lo permite, participa en otras actividades solidarias.

¿Qué representa el arte en tu vida?

El arte es muy significativo para mi vida, he viajado por muchos lugares desde muy pequeña con el acompañamiento de mí madre, conociendo a gente muy buena, bailarines, profes y algunos famosos. Además, tengo la posibilidad de poder enseñar lo que sé a niños, adolescentes, adultos, de todos los géneros. Dándoles la posibilidad de vivir las experiencias que yo he vivido, conociendo teatros, diferentes profesores, múltiples disciplinas, y muchos lugares hermosos. Hemos viajado a Buenos Aires, Mar del Plata, Puerto Madryn, Trelew, Las Grutas, Bahía Blanca, San Antonio Oeste, General Roca, Córdoba, Mendoza, Neuquén, Choele Choel entre otros muchos lugares, y desde luego participamos en todas las actividades que se llevan a cabo en nuestro lugar, Sierra Grande y Playas Doradas.

Existe un amplio consenso en los beneficios de que los oficiales de la fuerza policial cuenten con formación universitaria, y la abogacía es especialmente importante en lo que respecta al conocimiento de las normas y procedimientos. Pero en tu caso personal hay, según creo, un valor agregado que es tu faceta artística. ¿Crees que lo artístico de alguna forma también enriquece tu labor como policía?

Totalmente. Creo que mi faceta artística ayuda a mi trabajo policial ya que al poder llegar a más personas puedo difundir el trabajo de prevención que realiza la fuerza policial, que no es nada fácil y muchas veces las cosas buenas que se hacen no son reconocidas. Quizás muchas veces la gente no sabe que trabajamos todo el tiempo perdiendo a veces fechas importantes, pero haciendo algo que nos gusta y trabajando por el bien común de la sociedad.

¿Qué podes decirme sobre las reivindicaciones que se vienen observando en diferentes ámbitos en los últimos años?

Las mujeres desde hace muchos años venimos luchando, y se visualizan mucho esas luchas actualmente gracias a las redes sociales, para obtener los mismos derechos laborales en todos los ámbitos, por suerte hay organismos que permiten que existan estos lugares de atención como la Comisaría de la Familia donde se pueden recepcionar y atender de la mejor manera posible a mujeres en crisis, por supuesto No quiero decir con esto que en estos lugares no se atiendan hombres también hay pero la mayoría en porcentajes son mujeres de hecho existe la ley de protección laboral contra el maltrato en las mujeres en el ámbito laboral. Existe una lucha que se viene dando hace muchísimos años y que va logrando lentamente sus resultados y es una causa en la cual me voy a seguir involucrando.

¿Qué sentís cuando al final del día tu intervención puede representar un cambio de situación para alguna mujer y sus hijos?

Es gratificante poder ayudar a cualquier persona, personalmente puedo decir que cuando la intervención se trata de niños me gusta que podamos darle la posibilidad de que este episodio traumático, no lo sea tanto, la mayoría de situaciones de violencia suceden de noche y en las comisarías de familia se han implementado “rincones de juego” para que los niños puedan distenderse en el marco de esa situación que están atravesando y sentir que se encuentran en un lugar seguro. De esta manera rompemos de alguna manera el paradigma del “policía malo”, y con estas acciones tratamos de formar ciudadanos que crean en que estamos para ayudarlos.

¿Hay historias en las que te ha tocado intervenir que te han marcado más que otras?

He tenido dos actos meritorios dentro de mi carrera policial, no podría mencionar específicamente los nombres de cada una de las personas, pero sí la situación, en uno de los casos tuve que ayudar a un niño que se hirió gravemente por una caída desde muy alto y ayudar a una familia a la cual se le prendía fuego su casa. Desde luego he tenido episodios muy significativos por los cuales sigo en esta carrera y sigo en esta temática. Siempre estoy dispuesta a ayudar a alguien para que se sienta protegido, es importante poder brindarles seguridad y lograr que aquellas personas que han infringido la ley estén detenidas. No existe un común denominador en la temática de violencia, todos son casos individuales y a cada uno se lo toma con la importancia que merece. El procedimiento administrativo quizás sí sea un poco sistemático, pero en mi opinión personal, no hay ninguna situación que sea menor que otra.

Hablemos de tu labor Solidaria. Me imagino que con tu nivel responsabilidad y tus actividades fuera de la fuerza es poco el tiempo que queda libre. Y sin embargo te comprometes en tareas solidarias. ¿Qué significa tu labor en Caritas? ¿Qué representa dedicar tu tiempo a ayudar a otros?

Desde muy pequeña me enseñaron que ayudar a otro es algo muy importante en nuestra vida,

todos los días tenemos que tratar de hacer algo bueno por alguien más» Gracias a Dios he tenido la posibilidad de participar de actividades de Cáritas Diocesana de Viedma, también de forma particular he conocido gente que necesitaba ayuda y se la he brindado sin inconvenientes. Recientemente, por ejemplo, conocí a un abuelo el cual estaba a punto de quedar ciego y como no estaba alfabetizado le era muy difícil realizar los trámites necesarios para realizar su cirugía y los planteos con su obra social.  Me comprometí a ayudarlo, saqué todos los turnos, me comuniqué con su obra social, conseguimos una prótesis, lo llevé a operar nos quedamos allí para la revisión al día siguiente y hoy ya está operado y tiene una excelente visión.

Sonriente me cuenta que ahora quiere que ayude a todos sus amigos también.

Si tuvieras oportunidad de conversar con cadetes de la escuela de policía. Y pudieras brindarles alguna sugerencia. ¿Qué les dirías?

En primer lugar, diría que si eligieran esta carrera tienen la responsabilidad moral, civil y profesional de cumplir con su deber, que consideren a cada persona que atiendan como si fuera un familiar, como si estuviéramos atendiendo a nuestra mamá, papá, hermano o amigo. Tenemos que dar lo mejor de nosotros para ayudar a las personas, nadie va a la Comisaría a pasear, va porque considera que su problema es el más importante de todos. Además, les diría que ser buena persona y dar todo lo que podemos dar de nosotros mismos no cuesta nada. La sociedad es muy agradecida cuando uno hace su trabajo con amor.

Hablemos de Sierra Grande. Todo indica que la localidad afrontará cambios muy importantes en un plazo relativamente breve. ¿Cómo ves ese futuro?

Lo veo prometedor, espero que sea lo antes posible para que todas las personas puedan tener la posibilidad de acceder a un trabajo digno. También para que los jóvenes puedan quedarse en esta localidad sabiendo que hay futuro.

Alguien con tu nivel de exposición pública me imagino que bien podría ser convocada desde alguna agrupación política. ¿Te ofrecieron alguna vez ser candidata a algún cargo electivo? ¿Lo pensarías como una posibilidad a futuro?

No, nunca me ofrecieron ningún cargo político. Pero sí me gustaría involucrarme, y desde allí poder dar y aportar nuevas ideas. Colaborar con lo que he aprendido a lo largo de mi vida.

Muchas veces muchos adolescentes que terminan el secundario se ven frente a la situación de no saber qué hacer. Y las familias, a su vez, se afligen y tratan de ayudarlos, en ocasiones insisten con que sigan tal o cual carrera. Vos que tuviste un recorrido tan diverso ¿Qué podrías decirles?

Que sigan su vocación, cuando uno hace lo que le gusta lo hace bien, con ganas y pasión. Ninguna profesión, ocupación u oficio es más ni menos que la otra, todos necesitamos de una sociedad preparada. Les diría que sigan sus sueños, dentro de las posibilidades que hay en cada familia. Si nos transformamos en buenos ciudadanos siempre vamos a encontrar a alguien que nos pueda ayudar, y para aquellos que quieren seguir estudiando dejar este humilde mensaje «que el estudiar o prepararse no es para genios sino para quienes se esfuerzan» y que todo gran esfuerzo tiene su retribución finalmente. Es muy hermoso poder trabajar de lo que a uno le hace feliz.

 

En tiempos donde hay quienes pretenden volver a instalar debates en la opinión pública sobre los cuales ya se ha construido cierto consenso, la historia de Claudia es justamente un claro ejemplo sobre la igualdad de oportunidades, sobre vencer obstáculos, y fundamentalmente sobre no abandonar aquello que nos hace felices. Que una determinada función o rol dentro de una institución verticalista no debe significar que dejemos atrás lo que nos constituye como personas, muy por el contrario, todo ese bagaje resulta perfectamente complementario. Y si bien puede que en algunos recorridos laborales o profesionales tengamos que vencer resistencias, la perseverancia y la genuina convicción en lo que amamos, nos permitirán avanzar y hacer nuestro mejor aporte a la sociedad en que vivimos. Historias como las de Claudia son las que pueden servir de inspiración a otros jóvenes, son historias que constituyen el reflejo más nítido del ejercicio de los derechos que nuestro ordenamiento jurídico consagra.

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