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HOY HABLAREMOS DEL INSOMNIO

Por: Dra. Mariana C. Gorella Slavin

Matrícula Nro. 2625

E mail: mcgs.psi@gmail.com

Tel (2901)604111

Uno de los problemas más comunes que se presenta con mucha frecuencia en el consultorio es el insomnio. Es una complicación que suele estar relacionado con diversos problemas de salud pero la causa más común para tener insomnio son las preocupaciones y el estrés, aunque puede tener otros orígenes.

La mayoría de las veces, las personas con insomnio son medicadas con benzodiacepinas. Las benzodiacepinas son relajantes del sistema nervioso (las muy conocidas drogas que terminan en “pam” o “lam”: clonazepan, diazepam, lorazepam, alprazolam, etc). Estas drogas inducen la relajación y el sueño a corto plazo, pero presentan una variedad de efectos secundarios a mediano y largo plazo, por lo que no es recomendable su utilización durante mucho tiempo. Sin embargo, en la práctica vemos que se usan de manera abusiva y la adicción y la pérdida de la calidad del sueño son parte de los problemas que producen con su consumo a largo plazo. Especialmente en este último caso, si pensamos que estas pastillas se consumen para poder dormir, tendrás que saber que si se usan por más de un mes seguido, terminan por alterar el sueño profundo, que es el que necesitamos para lograr la reparación del organismo durante el descanso. En otras palabras, las benzodiacepinas lograr inducir el sueño, pero su consumo a largo plazo termina por EMPEORAR EL INSOMNIO. Por esta razón, no se debe “automedicar” ni utilizar sin la supervisión médica, lo que lamentablemente en la práctica sucede muy a menudo.

Pero… ¿Por qué es importante dormir bien? Vivimos en una época muy acelerada: comida rápida, internet veloz, redes que distribuyen noticias al instante, tiempos cortos para resolver mil cosas… Se trata de una época donde aprendemos a sobrevalorar la rapidez y la productividad como un valor fundamental en nuestra sociedad de consumo. Lo que hoy es nuevo, en pocos días, semanas o meses ya es algo obsoleto. Las horas de sueño suelen ser sentidas como pérdida de tiempo. No queremos o no podemos parar para descansar porque la presión y el apuro son demasiados. Muchos problemas que resolver, muchas actividades que enfrentar día a día. Por lo tanto, parar, relajarse, “desenchufarse” por unas horas muchas veces es vivido con culpa, remordimientos, o se usan esas horas de estar en la cama (tratando de dormir) para resolver mentalmente situaciones de la vida cotidiana. Es decir, no podemos parar. Y para dormir bien, hay que parar.

Para que te des una idea de lo fundamental que es el sueño para la salud y la calidad de vida, vamos a mencionar algunos efectos adversos del insomnio:

  • Problemas de atención y memoria: distracción durante el día en las tareas cotidianas, escasa capacidad de retención de información nueva, perdida de objetos a causa de estar distraído/a, incapacidad o dificultad para estudiar, problemas para prestar atención sostenida, etc.
  • Irritabilidad: la persona que no duerme o duerme mal, estará enojada, irritable e intolerante durante el día. Esto además de causar un malestar interno, genera problemas con los familiares, amigos, colegas y vecinos.
  • Cansancio: mientras dormimos, el cuerpo y la mente se “reparan” a sí mismos, por lo que, si no se duerme, la maquinaria orgánica y psicológica no descansa y no se cura. Muchas enfermedades están relacionadas a la mala calidad del sueño ya que el sistema inmunológico se debilitará con el tiempo. Es lógico entonces que nos sintamos más cansados de lo normal, aun cuando no hayamos realizado tareas pesadas. Es común la sensación de pesadez y de falta de descaso cuando la persona recién se levanta y esto es indicador de la mala calidad del sueño.
  • Aumento del stress, ansiedad y depresión, disminución de la calidad de vida: si el insomnio persiste por mucho tiempo, la persona tenderá a desarrollar problemas de salud mental y física. Como es de esperar, la vida de la persona se irá deteriorando paulatinamente. Aumentará la sensación de descontrol y tenderá a ver la vida negativamente; por tener problemas en las relaciones sociales, irá desarrollando sensación de desconfianza, de peligro y de alerta hacia su entorno; como la mente no descansa, la persona mirará a la vida de manera confusa, no pudiendo enfrentar las presiones cotidianas de forma efectiva. El cuerpo, al no descansar, se mantiene activado por más tiempo de lo normal, lo que comenzará a generar diversos síntomas relacionados a enfermedades (gastritis, colitis, contracturas musculares, mareos, problemas coronarios, respiratorios, alcoholismo, consumo excesivo de cigarrillos, etc).
  • Problemas laborales: las tareas que la persona anteriormente podía realizar fácil y rápido, ya no las podrá hacer, no logrará retener información, se olvidará de cosas importantes, habrá tensión y conflicto con los jefes, discusiones con compañeros a causa del estado de irritabilidad, falta de energía para realizar tareas, etc.

 

Hay diferentes formas de manifestarse el insomnio:

  • Insomnio de conciliación: dificultad para lograr dormirse.
    • Insomnio de mantenimiento: la persona se duerme y se despierta de manera intermitente.
    • Insomnio de despertar precoz: la persona duerme, pero se despierta temprano y no puede volver a dormir.

 

La dificultad para dormir suele extenderse a lo largo del día y esto se debe principalmente a que la causa más común del insomnio es el estado de alerta, de preocupación y/o de stress por parte de la persona. Es decir, no se duerme porque no puede parar de pensar, o como se dice en el lenguaje callejero, “está pasado de rosca”. Es por esto que el insomnio es muy común encontrar en personas con ansiedad, depresión u otros problemas psicológicos, o bien cuando alguien está pasando por problemas que aún no ha podido solucionar. Como es de esperar, tomar medicación para el insomnio cuando el problema es otro, no es la solución.

En conclusión: no hay buena salud si no hay buena calidad del sueño. Así de simple y así de importante.

Por ese motivo, en el próximo encuentro, vamos a compartir algunas alternativas a fin de poder sobrellevar este problema de una forma más sana y acorde al problema y así no tener que recurrir a psicofármacos.

¡Hasta la próxima!

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