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HASTA SIEMPRE, GONZALITO…

Carlos Norberto González, conocido por todos como «Gonzalito», fue un hombre que dejó una huella profunda en la comunidad de Sierra Grande. Solidario, mentor y militante peronista, dedicó su vida a las causas comunes, poniendo siempre a disposición de la gente los recursos que tenía a su alcance. Para Gonzalito, los problemas colectivos eran suyos, y no dudaba en movilizarse cuando hacía falta. En los últimos años, corrió el velo de la historia, contando detalles hasta entonces desconocidos de la huelga del ‘75.

La madrugada del miércoles, Gonzalito falleció en el Hospital de Sierra Grande a los 78 años. Llegó a esta ciudad en 1972, proveniente de La Plata. En sus primeros años, trabajó en la empresa HiPaSAM, donde permaneció por tres años hasta ser despedido durante la huelga de 1975. A pesar de los duros momentos, encontró nuevas formas de salir adelante, realizando diversos trabajos eventuales hasta que, en 1978, obtuvo la licencia de la Lotería de Río Negro, lo que le permitió abrir su agencia de quiniela, un espacio desde donde se conectó con los vecinos y cimentó su cercanía con la comunidad.

Casado con Gloria Uterga, con quien tuvo dos hijos, Victoria y Santiago, Gonzalito fue un apasionado de las comunicaciones y un incansable defensor de las causas comunes. Siempre dispuesto a ayudar en emergencias y situaciones de vulnerabilidad, se destacó por su disciplina, constancia y su capacidad de diálogo, en el que compartía vivencias de los años en los que Sierra Grande se construía a través de la actividad minera.

En 1986, fue electo concejal, un reconocimiento a su compromiso con el bienestar de la comunidad. También fue el iniciador de los carnavales de Sierra Grande, demostrando su pasión por generar alternativas populares. Participó activamente en la Comisión del Club Bochófilo y, durante la dictadura militar, vivió el exilio político, un periodo que marcó su vida pero no quebró su espíritu.

En 1997, asumió la dirección del Videocable Sierra Grande, desde donde fue un pionero en el impulso de la producción local y el desarrollo tecnológico de la región. Bajo su gestión, la empresa no solo transmitió la realidad cotidiana de la comunidad, sino que también extendió el servicio de internet tanto a Sierra Grande como a Playas Doradas, una zona con acceso limitado a la conexión. Además, impulsó la instalación de una cámara para monitorear la costa y de una estación meteorológica, iniciativas que demostraron su visión y preocupación por el bienestar de la gente.

La noticia de su partida se conoció en la mañana del miércoles, y rápidamente las redes sociales se llenaron de muestras de cariño y respeto por el hombre que siempre apostó por dar algo útil a los demás, aunque no lo dijera abiertamente.

Gonzalito padeció una larga enfermedad, que enfrentó junto a su familia de manera silenciosa.

Hoy, la comunidad de Sierra Grande lo despide como a un hombre visionario, solidario y profundamente comprometido con el bienestar colectivo.

Hasta siempre, Gonzalito.

Radio Libre

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