Río Negro es desde hace más de cincuenta años la provincia en la que el sector nuclear se ha desarrollado de manera constante, generando logros de relevancia, desarrollo económico y social y numerosas fuentes de trabajo de alta calificación. La ubicación de una central nuclear es, entonces, una continuación natural de nuestra historia.
Entre los años 2010 y 2014 el gobierno nacional anterior realizó exhaustivos estudios sobre las tecnologías de centrales nucleares disponibles en el mundo y como resultado de estos análisis, definió la conveniencia de que las próximas dos centrales nucleares fueran provistas por China.
Significa un proyecto a largo plazo, que debe ser evaluado más allá de la coyuntura actual y de los intereses partidarios. Las negociaciones que llevaron a la reciente firma de convenios con China por la provisión de dos centrales nucleares, fueron la consecuencia de políticas definidas por el gobierno nacional anterior y confirmadas por este gobierno.
En estos días se ha comunicado que se encuentra en estudio la posibilidad de instalar una central nuclear en la provincia de Río Negro. Sin duda es una excelente noticia para nuestra provincia, ya que Río Negro es la cuna de la actividad nuclear en Argentina.
Luego del fallido proyecto de la isla Huemul, la Comisión Nacional de Energía Atómica creó en 1955 en Bariloche el Instituto Balseiro, la más prestigiosa unidad académica del país. En torno al Balseiro, creció el Centro Atómico Bariloche, un ámbito de investigación de las ciencias y la energía nuclear, de reconocimiento internacional.
Su presencia atrajo también otras instituciones científicas, transformando a Bariloche en la ciudad argentina con mayor concentración de investigadores y tecnólogos por habitante. Emprendedores formados en el Centro Atómico crearon diversas empresas de tecnología, entre las que se destaca INVAP, perteneciente a la provincia de Río Negro y un orgullo nacional por sus logros en múltiples campos tecnológicos.
En 1982 en el Centro Atómico Bariloche se inauguró el reactor RA-6, herramienta fundamental en la formación de los ingenieros nucleares que el desarrollo nuclear del país demanda. Hacia fines de los 70 y durante la década del 80, la Comisión Nacional de Energía Atómica e INVAP desarrollaron en el Centro Tecnológico Pilcaniyeu la metodología para enriquecer uranio, siendo Argentina el séptimo país del mundo en poseer esta tecnología.
Cubrir la demanda de energía eléctrica es una condición necesaria para el desarrollo económico y social. En nuestro país existe un déficit en el acceso a la energía eléctrica, sobre todo en las zonas rurales. Los estudios ambientales indican que no es conveniente continuar basando la provisión de electricidad en fuentes de combustibles fósiles (petróleo, gas carbón), dado que las emisiones de gases de efecto invernadero que inevitablemente conlleva el uso de estas fuentes pueden producir un cambio climático global con consecuencias muy severas sobre el ambiente.
Se impone entonces el uso de otras fuentes de energía: hidráulica, solar, eólica, nuclear, sin emisiones de gases de efecto invernadero. La magnitud de la demanda a afrontar, así como la conveniencia de mantener una diversidad de fuentes de generación, implica que todas estas fuentes de energía sean necesarias. Es por lo tanto una estrategia imprescindible incluir la utilización de energía nuclear en nuestra matriz de generación energética.
Esta nueva central nuclear en la provincia de Río Negro implicaría una inversión de miles de millones de dólares y significará la generación de miles de puestos de trabajo durante la construcción de la central, además de unos ochocientos puestos laborales de alta calidad durante los 60 años de vida.
La presencia de la central generaría también un nuevo polo de desarrollo a su alrededor, ya que la central y su plantel de operación requeriría servicios a lo largo de toda su vida. Será como crear en la provincia, en pocos años, un nuevo Centro Atómico Bariloche o un nuevo INVAP, y todos sabemos los beneficios que estas instituciones le han dado a la provincia.
Por último, la adecuación de la central nuclear a las mejores normas internacionales estaría garantizada por la existencia de en Argentina de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), la institución responsable de otorgar los permisos necesarios para operar instalaciones nucleares en el país. La ARN es también una institución de prestigio internacional que ha regulado y supervisado las instalaciones nucleares argentinas, asegurando durante décadas las condiciones para que las centrales nucleares argentinas operen de manera segura y sin accidentes.
Es por eso que consideramos una noticia muy auspiciosa la posibilidad de impulsar el establecimiento de la Central Nuclear 5 en Río Negro.