Sierra Grande.- Como si se tratase de un símbolo de esperanza, de unidad, en el punto cero de la ruta 5 que va Playas Doradas arrancó la procesión que la iglesia católica realizó por el domingo de Ramos.
Las palabras del obispo Esteban Laxague, que piloteó la procesión, siempre estuvieron ligadas a pedir a Dios por trabajo, pan y sin dudas ese símbolo, esa ruta lleva directo a un destino lleno de ilusiones laborales y de sustento.
La Iglesia católica de Sierra Grande se mostró fortalecida, unida, a pesar que desde hace casi un año no tiene sacerdote, los feligreses trabajan día a día para que no decaigan las actividades y nunca quedan sin el fuerte respaldo del líder diocesano que los acompaña.
Mientras tanto, los fieles apretaban celosamente un ramo de olivo en sus manos, aferrados y pensando quizá que la bendición y la protección estaban ahí, cerca.
La misa fue en el templo parroquial en una jornada que dio el punta pie a una serie de actividades que se harán en la Semana Santa.
Desde la parroquia, Miguel Lucena explicó que todos los años se elige un signo del lugar en dónde se hace la bendición de ramos, años anteriores se hizo en el centro de la plaza, en la villa Hiparsa, frente a Bomberos, otros en algunas capillas, también se hizo en las entradas al pueblo, «el año pasado se hizo en el lado norte frente a la rotonda norte y hoy el signo es: en la entrada a ruta 5 como quien va hacia Playas Doradas, como un futuro pueblo que se desarrolla en el este de Sierra Grande».