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“DEL ABASTO A LAS SIERRAS. LA TRAYECTORIA DE UN ACTOR APASIONADO”
Lecturas de domingo. Por Pablo Rebolledo.
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Comienza la función y la platea del SUM de Playas Doradas comienza a seguir con suma atención cada uno de los movimientos de Camilo. Con música de fondo, ocurrentemente transita entre los asistentes y nos comienza a transportar a un mundo mágico donde conviven las sorpresas, las risas y la emoción. Nada más satisfactorio que ver las sonrisas en los rostros de las niñas y los niños disfrutando de una fábula entrañable. Camilo Pulmari ha recorrido un camino fascinante en el mundo de la actuación, un viaje que comenzó a sus 8 años en las vibrantes calles de Buenos Aires. Su pasión por el arte lo llevó a formarse profesionalmente, a cruzar las fronteras y, desde hace unos 15 años, a buscar nuevos horizontes en la Provincia de Río Negro.
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No podría comenzar este encuentro sin preguntarle sobre el momento en que descubre su vocación. Conserva el recuerdo de disfrutar de numerosos espectáculos en su infancia en Buenos Aires. Se define como “un niño inquieto” que a sus 8 o 9 años ya comenzaba a sentirse atraído por las artes escénicas y en razón de ello comienza a tomar clases con el Maestro Hugo Midón, referente de la comedia musical argentina y del teatro infantil.
Dos son los recuerdos que menciona dentro de las primeras veces que pisó un escenario: Una muestra en un Auditorio del Sindicato de Luz y Fuerza presentando la obra “Muchas Lunas” de James Grover Thurber. Y a los 10 años, motivado por una de sus maestras, la Señorita Liliana, se presenta ante un auditorio de unas 1.000 personas (entre turno tarde y turno mañana) que formaban parte de la comunidad educativa de la Escuela Primaria “Tomás Manuel de Anchorena”. Los nervios de la previa, las risas y los aplausos del público forman parte de un grato recuerdo, del despertar de la vocación.
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Su formación es muy amplia, en 2004 ingresa como titular al Ballet de Danza Contemporánea del I.U.N.A. Es egresado de la carrera de Intérprete en Danza Contemporánea del Instituto Nacional Superior María Ruanova del I.U.N.A. También realizó estudios de Composición Coreográfica, Danza Contemporánea con Michelle Merola (Italia), Técnica de Ballet con Michelle de Molfeta y Lucía Padovani (Italia). Obtiene una beca de estudios en el “Bikurey Aityn Dance Center” de Israel para realizar un seminario intensivo de danza clásica y contemporánea. Asimismo, participó del Centro de Experimentación Coreográfica del Teatro Colón.
Con humor recuerda que uno de sus profesores le decía que “como bailarín era un muy buen actor” en lo que parecía ser la antesala del rumbo que tomaría posteriormente su carrera profesional, teniendo como base la danza contemporánea la actuación sería el norte.
Junto a Dario Levin (actor y escritor) dictó seminarios de “Clown y movimiento” para la Fundación Theodora de Suiza, dirigido a clowns-doctores.
Como clown formó parte de los grupos “Los Papota Payasos Grup” y de “Clowns No Perecederos”. Le pregunto a Camilo cuál es su opinión sobre esa popular afirmación que sostiene que es más fácil hacer llorar que hacer reír al público. Y con mucha serenidad reflexiona que es una repuesta muy relativa, que depende del intérprete. Que, en su caso, por ejemplo, parece resultarle más fácil desempeñarse como actor desde el humor. Incluso recuerda que hace mucho tiempo, interpretando un papel en una obra dramática, se terminaba sintiendo muy afectado. Concluye que seguramente también hay cuestiones vinculadas a la madurez del intérprete, que eso también puede influir para que un actor o una actriz se sienta más cómodo en un género que en otro.
Su llegada a Río Negro
Hace 15 años Camilo llega a Luis Beltrán en el Valle Medio y recuerda que fue recibido por una comunidad artística que lo abraza. Se trata del Grupo Libres, probablemente el más representativo del ámbito cultural de la zona, quienes desde hace cuarenta años trabajan en la promoción de las artes escénicas. Y es en ese momento donde toda su formación artística se comienza a conjugar con una realidad vinculada a lo social, al arte comunitario, a la gestión cultural en territorio. Todo cambió, recuerda que las distancias que antes se recorrían en subte o en bicicleta ahora eran de cientos de kilómetros para poder mostrar su arte, para llegar a la región andina o presentarse en la Línea Sur.
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Se traslada a Sierra Grande hace poco más de dos años y es aquí donde vive su presente y comienza a diagramar sus próximos proyectos.
Sabemos que un niño o una niña que se aproxima al arte, que puede concurrir a espectáculos adquiere un amplio panorama, aprende, descubre, enriquece su imaginación. Como quien tiene acceso a un libro y puede viajar en el tiempo o disfrutar de paisajes que aún no ha conocido. Camilo tuvo esas chances de pequeño y hoy piensa en la posibilidad de compartir sus conocimientos en su nueva comunidad, se proyecta haciendo un aporte como formador. Reflexiona que “nunca sabemos hasta dónde puede llegar un niño que participa en una clase de danza o de teatro”. ¿Cuántas vocaciones se pueden despertar? Inevitablemente me pregunto cuántos futuros artistas pueden transitar entre nosotros y en la importancia de tener acceso a una oferta cultural diversa, propuestas que les permitan conocer otras realidades, disfrutar, analizar y tal vez permitirse recorrer trayectorias profesionales en sus propias comunidades.
Para finalizar me adelanta que se encuentra pensando en reponer una obra que interpretó hace muchos años en Madrid. A lo largo de sus muchas mudanzas fue conservando la escenografía que hoy comienza a prepararse para volver a recibir la luz de los reflectores y ser parte de una nueva historia de la mano de un intérprete que, con la sencillez de los grandes, nos delita con talento y profesionalismo.
Y me permito la libertad de cerrar este artículo recomendando que, cuando tengan oportunidad, asistan a las presentaciones de Camilo, lleven a sus hijos, nietos y sobrinos. Que la representación de una misma obra es distinta en cada oportunidad. No creo equivocarme al sostener que apoyar las iniciativas culturales locales es siempre una de las decisiones más sensatas que podemos tomar como público.