La ceremonia se inauguró con la novena, una serie de nueve días de oración, que creó un ambiente de anticipación y preparación para el gran día. Los fieles se reunieron en la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes para iniciar este período especial de celebración. La emoción de la novena alcanzó su punto máximo al momento de la procesión que llevó la imagen de la Virgen desde la iglesia hasta la residencia de los pasantes mayores, Yamina Martínez y Gastón Cañari.
En la casa de los pasantes mayores, tuvo lugar una ceremonia cargada de emotividad. Las mujeres de la comunidad llevaron a cabo el cambio de vestimentas de la Virgen, un acto de profundo respeto y devoción. Posteriormente, los pasantes veneraron y realizaron ofrendas en honor a la Virgen, preparándola para la jornada culminante.
El 10 de febrero, la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes se convirtió en el epicentro de la celebración. La jornada comenzó con una misa solemne, donde los fieles se reunieron para expresar su gratitud y amor hacia la Virgen. Luego, una procesión colorida recorrió las calles, deteniéndose en cada esquina para rendir homenaje a la Virgen, mientras el cura párroco, Rubén Larzabal pronunció sus oraciones.
La tarde se llenó de música, color y alegría con las tradicionales danzas bolivianas. La comunidad se unió en un fervoroso homenaje a la Virgen del Socavón, demostrando así su profunda conexión con esta importante figura religiosa.
Un aspecto fundamental de esta festividad es el papel desempeñado por los pasantes, quienes asumen la responsabilidad de organizar cada detalle de la celebración. Yamina Martínez y Gastón Cañari, en su calidad de pasantes mayores, lideraron este esfuerzo, coordinando a un equipo de colaboradores dedicados que se encargaron de todo, desde el sonido hasta la ornamentación y la logística del evento.
La participación de agrupaciones de danzas tradicionales añadió un toque especial a la celebración. Este año, el Ballet Pasión Chapaca y la agrupación Somos Danza deleitaron a los presentes con sus actuaciones. Un momento especialmente emotivo ocurrió cuando Somos Danza entregó a los pasantes mayores un retrato de la Virgen del Socavón, realizado por el artista Juan Galarza.
El final de las danzas llegó con la interpretación de un baile solista a cargo de Sambos del Socavón, que marcó el cierre de esta celebración. Así, la comunidad de Sierra Grande renovó su compromiso con la Virgen del Socavón y con las tradiciones que la rodean, asegurando que esta festividad continúe siendo un evento destacado en el calendario local.
La Virgen del Socavón es celebrada en carnaval. Ella es la patrona de los mineros y esta tradición, que lleva 47 años reviviendo en Sierra Grande, tiene un significado especial para la comunidad serrana. La primera imagen de la Virgen fue traída a esta localidad por Paulino Urtado debido a su profunda devoción hacia ella. Es venerada particularmente por los mineros, quienes le agradecen y le piden protección, así como que no falten las riquezas minerales en los socavones de las minas. Su fiesta fue reconocida como «Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad» por la UNESCO el 18 de mayo de 2001.