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ATAQUES DE PÁNICO: O LO CONTROLAS O EL PÁNICO TE CONTROLARÁ

Por: Dra. Mariana C. Gorella Slavin

Matrícula Nro. 2625

E mail: mcgs.psi@gmail.com

Tel (2901)604111

En el artículo anterior comentamos los síntomas de un ataque de pánico como para poder diferenciarlo de  una situación de ansiedad crónica. Recordemos que una crisis de pánico no es otra cosa que un momento de aumento desmedido de ansiedad. Por lo general, si alguien sufre una crisis o ataque de pánico, es que sufre de ansiedad crónica, aunque puede haber excepciones.

Las personas que sufren ataques de pánico suelen ser mas propensas o vulnerables a exagerar las interpretaciones que hacen sobre algunas dolencias o sensaciones físicas: así es que si llegan a sentir palpitaciones, se asustan tanto de ellas que comienzan a creer que tendrán un paro cardíaco; si por alguna razón no pueden respirar bien, creen que se están ahogando; al percibir que aumenta la tensión muscular, que están perdiendo el control de su cuerpo.

Al creer que las sensaciones percibidas en su cuerpo son muchísimo más graves de lo que realmente son, logran aumentar significativamente la gravedad de las sensaciones corporales con sus pensamientos de miedo intenso.

Y esto es básicamente un ataque de pánico: la mente jugándonos una broma pesada.

Acá te voy a dejar una serie de sugerencias e indicaciones para que pongas en práctica en caso de pánico:

DESDRAMATIZAR LA CRISIS ES UNO DE LOS GRANDES SECRETOS PARA LOGAR CONTROLAR EL ATAQUE DE PÁNICO.

Decirnos por ejemplo: “no es lo que parece, no es grave, es mi mente que está con mucho miedo, pero en realidad no me estoy muriendo ni me voy a ahogar ni voy a enloquecer”, “esto que me está pasando es pasajero”, “sé que puedo atravesar esta situación y salir bien de ella”, “ya pasé por esto antes y no tuve nada de todo lo que me imaginé”, “si respiro pausadamente, me voy a volver a sentir bien”, “estos síntomas duran solo unos minutos, ya se me va a pasar”; “entiendo que es mi mente la que me está asustando, no es nada grave realmente”. Ese diálogo interno es clave, ya que decirnos cosas positivas y tranquilizadoras es todo lo contrario a lo que nos decimos en medio de una crisis. Aprendé a prestar atención a esos diálogos internos y practicá decirte frases tranquilizadoras y desdramatizadoras.

A medida que vayas pudiendo enfrentar adecuadamente cada episodio de crisis de pánico, lo más probable es que el próximo sea menos intenso, además de que podrás controlarlo a tiempo para evitar que escale y llegue a su etapa más aguda e intensa. De todas maneras, deberás saber que los ataques de pánico, sean eventuales o se encuentren basados en estados crónicos de ansiedad, deben ser revisados para poder comprender qué los está causando, es decir, la raíz del problema. No te duermas, no te dejes estar. Evaluá que factores estresores fuertes estás atravesando, que miedos intensos tenés frecuentemente y de ser necesario, busca ayuda profesional.

Y para finalizar, te dejo una frase para pensar:

“A veces, tocar fondo es justo lo que se necesita, para poder soltar todo lo que nos lastima” (autor desconocido).

¡Hasta la próxima!

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