Por: Dra. Mariana C. Gorella Slavin
Matrícula Nro. 2625
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No es ningún secreto que los problemas mentales han sido un tema difícil para la sociedad en cualquier hemisferio, cultura, o momento histórico. La salud se ha considerado por años, sinónimo de lo orgánico, lo corporal, lo “tangible”.
Posiblemente ésta sea la principal causa de que, si hablamos de salud o enfermedad, la sociedad ha aceptado por siglos sólo lo que era posible medir, tocar, palpar, colocar bajo un microscopio… pero qué de lo mental? Es tan difícil medir un sentimiento, un pensamiento, un dolor… ¿Cómo observamos “objetivamente” procesos que no podemos controlar en un laboratorio o con las manos?
Por suerte, hoy por hoy hemos logrado avanzar (y mucho) en este terreno. Primero en las ciencias, logrando poner al conocimiento sobre la psiquis dentro de lo considerado ciencia y sacarla del ambiente del esoterismo o la espiritualidad. Hoy hacemos ciencia con la psicología y eso es mucho decir.
Lo segundo es lograr incorporar a la sociedad que lo referente a la mente es tan o más importante que lo orgánico. Aquí las cosas se ponen un poco más difíciles. Aún hoy circulan muchos prejuicios sobre este tema. Todavía se escucha por ahí que ir al psicólogo o al psiquiatra es “cosa de locos”. Qué si hacés terapia es porque estas “mal de la cabeza”. Pero por qué razón no tenemos tanto prurito en decir: “tengo diabetes” pero no nos animamos a decir “tengo depresión?”. Es más simple admitir que alguien tiene cáncer a que tenga ansiedad crónica. Los temas de la mente siguen siendo un prejuicio y para eso existe este día, para continuar desmitificando y rompiendo ataduras y prejuicios que sólo nos tiran para atrás, ya que, a causa de estos preconceptos erróneos y arcaicos, muchas personas con problemas de salud mental no se animan a buscar ayuda o lo hacen en el más completo secreto, como si estuvieran haciendo algo malo, lo que impide por ejemplo, recibir acompañamiento de familia y amigos. Muchas veces, los problemas mentales se sufren en total soledad a causa de estos prejuicios.
En el ambiente de los “famosos” estos prejuicios se han ido resquebrajando por a poco, y por eso hoy nos podemos enterar por los medios de comunicación y las redes sociales que famosos como Brad Pitt, Lady Gaga o Justin Bieber han blanqueado que en determinados momentos de sus vidas, hicieron o hacen terapia por sufrir problemas de salud mental. A nivel local también tenemos muchos ejemplos, como el del Dibu Martínez, que comentó a la prensa que acude regularmente a terapia para lograr manejar el stress y las presiones. EN una ocasión dijo: “Empecé con un psicólogo hace cuatro años… Mi cabeza está más centrada que nunca, gane o pierda. Con lo que exige el fútbol, todo jugador necesita un psicólogo» (https://www.revistagente.com/lifestyle/de-guido-kaczka-a-benjamin-vicuna-los-famosos-argentinos-que-van-al-psicologo/)
Este comentario del Dibu nos aporta un dato muy importante: hablar de salud mental no necesariamente se trata de intentar curar heridas emocionales antiguas o controlar síntomas. Actualmente, sobre todo entre deportistas y artistas, se está volviendo corriente el hacer terapia para aprender a manejar mejor las situaciones de la vida misma, en este caso, de personajes que se encuentran bajo mucha presión o stress.
Tomemos el ejemplo del “chico del momento”, Franco Colapinto y su acelerado proceso de crecimiento dentro del mundo extremadamente competitivo de las carreras de autos. Franco ha comentado sin ningún tipo de vergüenza o miedo, que hace terapia desde hace años, y que este proceso le ha ayudado muchísimo; en un periódico digital encontramos una nota al respecto que dice: “Desde la llegada de Franco Colapinto a la Fórmula 1, el mundo deportivo se rindió a sus pies y ha reavivado el interés de Argentina por el automovilismo. A raíz de ello, Colapinto se encuentra viviendo un momento único en su carrera y gran parte del éxito se debe al trabajo psicológico que viene desarrollando para potenciar sus habilidades” (https://www.elsol.com.ar/deportes/el-psicologo-de-franco-colapinto-revelo-como-trabajan-en-sus-objetivos-y-el-manejo-del-fracaso/)
Manejo de la frustración, ansiedad, aprendizaje de los procesos de crecimiento profesional, capitalización de las experiencias tanto de victorias como de las derrotas son sólo algunas de las áreas que Franco trabaja asiduamente con su psicólogo deportivo. Otro ejemplo paradigmático es del de la exitosa Simon Biles, que después de haber sufrido abuso sexual, el trauma fue afectando su carrera al punto de tener que abandonarla por un tiempo. Logró retomar su carrera con todo éxito gracias a la asistencia psicológica que viene recibiendo desde aquel momento: “Mucho se ha hablado de lo ocurrido en los últimos años, pero poca gente conoce que Biles ya pasó por un momento complicado hace diez años, donde su pasión por la gimnasia y la confianza en sí misma se habían acabado. Con 16 años y en el gran momento de entrar en la élite, la historia pudo cambiar si no llega a ser por la aparición del psicólogo Robert Andrews y una ayuda fundamental para lograr que la gimnasta estadounidense no tirara la toalla. Sus entrenadores son excelentes entrenadores, como lo demuestra lo bien que le está yendo…Pero siempre digo que el rendimiento nunca es sólo físico. También es mental y emocional e incluso se podría decir espiritual en el sentido de tu amor, pasión y conexión por tu deporte” (https://www.relevo.com/mas-deportes/entrevista-psicologo-simone-biles-salud-20231007011442-nt.html)
Salud mental no es sólo ir al psicólogo si sentís que no podes más o querés potenciar tus capacidades o aumentar tus logros, hay mucho más. Salud mental es cuidar nuestra mente de lo que incorporamos a diario en lo que escuchamos, vemos, hablamos. Es cuidarnos de personas y situaciones tóxicas, es tomar decisiones, pensar positivamente en nuestra vida, es poder desarrollarnos como seres humanos, es planificar futuro, tener relaciones y vínculos sanos y contenedores, es poder tener buenos amigos y un proyecto de vida.
Salud mental es poder superar los momentos difíciles y traumáticos de la vida y salir más fuertes y sabios de estas situaciones. Es poder potenciar nuestras capacidades y habilidades naturales, tener hobbies, poder reír, tiempo de descanso y de trabajo equilibrados, es poder abrazar a nuestra gente querida y creer que podemos amar y ser amados y aceptados.
Cuando nos trabamos y no podemos avanzar, es el momento de replantearnos nuestra salud mental, y esto tiene que ver con la frase final que les dejo más abajo.
En pleno siglo 21 es hora de hablar de la salud en términos completos: no hay salud física sin salud mental y viceversa. Por eso, en este día donde conmemoramos a nivel mundial la salud mental, demos un paso más adelante rompiendo viejos y anticuados estereotipos.
Y para finalizar, les dejo una frase para reflexionar: “SALUD MENTAL ES LA CAPACIDAD DE PODER PASAR A OTRA COSA” Jean Allouch
¡Hasta la próxima!